El Hierro ha sido utilizado
históricamente en las construcciones de distintos objetos de utilidad como
edificaciones, debido a su condición de alta maleabilidad, presentándose
originalmente con una tonalidad gris plateada, ofreciendo una muy alta densidad
y dureza.
Su importancia en la industria es muy
alta, debido a que es el metal duro más utilizado, encontrándose el Hierro
Puro, por lo que se emplea en distintas concentraciones en la Siderurgia,
utilizándose como Materia Prima para brindar aleaciones tales como el Acero,
combinándose con otros materiales de origen Metálico tanto como aquellos No
Metálicos, brindando distintas Propiedades Fisicoquímicas.
Sin embargo, los contaminantes
procedentes de las operaciones de fabricación de hierro y acero han constituido
un problema ecológico desde siempre. Entre ellos se encuentran sustancias
gaseosas como óxidos de azufre, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono.
Los contaminantes atmosféricos varían
dependiendo del proceso, el diseño técnico y la construcción de la planta, de
las materias primas empleadas, de las fuentes y las cantidades de energía
necesarias, del grado de reciclaje de los productos de desecho dentro del
proceso y de la eficiencia de los controles anticontaminantes.
Hoy en día gracias a las cualidades que
posee, se emplea en la fabricación de maquinarias, cables, herramientas y por
lo general se emplea para crear estructuras para la construcción. Dado a que
conduce muy bien el calor, se usa para la creación de utensilios de cocina como
estufas, hornillas, parrilleras, entre otros.
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